La Generalitat reabre el servicio ferroviario entre Dénia y Gata de Gorgos, con una extensión de la Línea 9 del TRAM Alicante, si bien aún son necesarios dos trasbordos para enlazar con la capital
El turismo ha dejado paso a la movilidad ciudadana y la funcionalidad. La Generalitat valenciana reabrió este lunes la línea ferroviaria que une las ciudades alicantinas de Dénia (43.899 habitantes empadronados) y Benidorm (69.738). Un recorrido histórico que ha pasado sucesivamente por el transporte de pasajeros y mercancías, por su atractivo turístico de primera magnitud, con sus magníficos paisajes entre la costa y la montaña y, ahora, por un servicio público sostenible para los ciudadanos que disponen de parada en sus localidades: Altea, Calp, Benisa, Teulada y Gata de Gorgos, además de los dos puntos de partida y llegada. El nuevo enlace entre Gata de Gorgos y Dénia, que renace como tranvía y forma parte de la Línea 9 del Tram de Alicante, ha supuesto una inversión de 150 millones de euros.
La idea del Consell es que el nuevo tendido “cosa” las dos Marinas, asegura el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, como “transporte público de calidad, más asequible, más eficiente” y con vocación de mejorar la conectividad entre los municipios de ambas comarcas. Es, añade la consejera de Política Territorial, Rebeca Torró, “una apuesta decidida” por un modelo de transporte sostenible, que “conseguirá que los usuarios dejen el coche en casa”. También es un nuevo aliciente para los viajeros que saben situar, desde diferentes puntos del globo, a Benidorm en el mapa, una ciudad que, dada su altísima especialización en el sector turístico, sigue clamando por un enlace ferroviario con el aeropuerto de Alicante-Elche Miguel Hernández. Pero, sobre todo, es una manera de recuperar la conectividad de Dénia, uno de los destinos históricos de la costa alicantina que, sucesivamente, quedó a merced de su acceso por carretera. Hacia el sur y hacia el norte, ya que Puig adelantó ayer que el Consell licitará “en las próximas semanas” el servicio tranviario que la unirá con Gandia (Valencia).
El trazado inaugurado el lunes es el mismo que enlazaba Dénia con Alicante ya desde 1914, cuenta el historiador y miembro de la Associació d’Estudis de la Marina Baixa José Covelo Guerra. Ahora tarda unos 90 minutos de Benidorm a Dénia. En principio, daba servicio tanto a “mercancías como a pasajeros o al transporte de correo”. Pero “la competencia” de las autopistas y de la logística de camiones reduce su actividad al transporte de viajeros, allá por los 70. Justo en ese momento, un británico, David Simpson, “descubre unos vagones de madera abandonados” en la estación de Benidorm. En 1971, llega a un acuerdo con Ferrocarriles de Via Estrecha (FEVE), gestor de la línea, y, en el mismo recorrido, monta el Limón Exprés, un recorrido turístico que une Benidorm con Gata de Gorgos “porque el Montgó tenía demasiada pendiente” e impedía alargar el recorrido hasta Dénia. Una excursión en tren “con un potencial turístico extraordinario: el estupendo paisaje que se contempla desde las ventanillas”. El mismo que podrán disfrutar los usuarios de la línea actual.
“El recorrido está lleno de túneles, de puentes, de valles, siempre con el Mediterráneo a la vista”, explica Covelo. Nada más salir de la capital turística de la Costa Blanca, aparecía la Serra Gelada. Luego, “el tren quedaba suspendido entre túneles” en la zona del Mascarat, la frontera geográfica entre las dos Marinas. Y aún quedaban “el peñón de Ifach (Calp), el puente del Quisi (Benisa), Teulada y Gata de Gorgos, donde los pasajeros visitaban una fábrica de guitarras y las tiendas de artesanía”. El resultado fue espectacular. “En 1998, el Limón Exprés llegó a alcanzar los 100.000 usuarios anuales”. Mucho más que la línea de pasajeros convencional.
El tendido ferroviario y el propio tren, con ruedas que, en algún caso, habían sido construidas en los años 20 del pasado siglo, envejecieron mal. El Limón Exprés cerró su actividad en 2005. La línea entre Dénia y Alicante, con algún tramo aún inaugurado por Alfonso XIII, tuvo que ser clausurada por el actual gobierno autonómico en 2016, por motivos de seguridad. Siete años después, el restablecimiento de las vías entre Dénia y Gata de Gorgos ha recuperado un servicio en el que ha habido que “desdoblar puentes históricos, cambiar todas las unidades ferroviarias y utilizar máquinas mixtas”, que funcionan con electricidad, como un tranvía, y con diésel, como un tren, porque no todo el trayecto cuenta con catenaria. En Dénia lamentan que el viaje hasta Alicante aún tarda casi tres horas, con dos transbordos: Uno en Benidorm y otro en Teulada, ya que entre este municipio y la capital turística no pueden circular los nuevos trenes duales hasta que estén finalizados los tres puentes pendientes de ejecución: el del Quisi en Benissa, y los del Mascarat y Algar, ya en la Marina Baixa. A partir de entonces el recorrido podrá acortarse más, pues ya no serían necesarios los transbordos. Desde el lunes, la histórica ciudad alicantina ya no depende solo de la carretera y el mar para asomarse al exterior.
Fuente: elpais.es